En medio del desierto del Sahara marroquí, a unos cien kilómetros al sur de la ciudad de Dajla, se encuentra un ecosistema único. Un espectáculo vívido, que contrasta con el ambiente hostil. Se trata de Imlili sabkha, un lugar aún poco conocido, pero cuyo potencial turístico aún está por desarrollar.
Sin embargo, antes de iniciar nuestro recorrido cabe señalar que es imprescindible ir acompañado de un guía local o un buen experto en la región, para evitar arenas movedizas y depredadores como lobos o incluso peces.
La visita guiada está dirigida por Abdeljebbar Qninba, profesor-investigador del Instituto Científico de Rabat, adscrito a la Universidad Mohammed V de Rabat. Desde 2012, ha dirigido un equipo de 30 investigadores de todas las disciplinas para estudiar sebkha. Además, es la primera vez que un proyecto científico, financiado localmente y de tal magnitud, se interesa por esta sebkha. El profesor nos entrega en exclusiva los avances obtenidos por su equipo.
Condiciones únicas
En primer lugar es necesario definir qué es una “sebkha”, que designa un ecosistema muy particular del norte de África. “Es una superficie del desierto formada por extensiones de arena muy planas sobre las que podemos encontrar finas películas de agua salada o incluso sal cristalizada”. En general, estos sebkhas corresponden a lagos antiguos que se han vuelto cada vez más salinizados con la desecación, explica el investigador.
Se trata de un ecosistema que no es raro, ya que podemos contar varios cientos o incluso miles de sebkhas en todo el Sahara, ya sea en Marruecos, Argelia o incluso Mauritania. “Pero el Imlili sebkha, que tiene más de 13 kilómetros de largo, es muy especial”, subraya el investigador, también miembro del grupo de investigación para la protección de las aves (GREPOM) en Marruecos.
La Imlili sabkha es una depresión estable y plana de más de diez kilómetros de largo y casi tres kilómetros de ancho. La mayor parte de Sebkha se encuentra en una extensión arenosa, pero en su parte norte hay bolsas de agua permanentes, lo que es «verdaderamente excepcional», exclama el investigador. Normalmente, estas capas de agua desaparecen y reaparecen.
Sebja de Imlili. / Doctorado DR
Los investigadores creen que esta sabkha es el residuo de un antiguo río que desembocaba en el océano. “Es parte de un curso de agua que se ha secado con el fenómeno de la desertificación. Pero esta parte ha quedado permanente en forma de bolsa aislada, gracias a factores hidrológicos y biogeográficos.
“La zona de captación de este sustrato es muy grande y por eso aunque solo vemos cinco milímetros de agua, esta agua regresa al fondo. Mejor aún, hay fallas que permiten almacenar más agua. Estas fallas son tales que provocan un colapso de las arenas que permiten que se formen estas bolsas de agua. Y el hecho de que también haya un nivel freático muy cercano permite almacenar agua”.
Abdeljebbar Qninba
Lo más particular es que, aunque no hay comunicación con el mar, el agua de la sabkha es muy salada e incluso “hipersalada”, insiste Abdeljebbar Qninba. De hecho, si la tasa de salinidad en el mar es de 35 ups, o 35 g/kg, en el sebkha varía entre 50 y 70 ups, o casi el doble. Esto se debe a que “el lecho de roca es muy salado y ha drenado el agua salina de las lluvias”, explica.
Un refugio para supervivientes del clima tropical en el Sahara
Aunque este entorno parezca hostil, donde incluso el agua no es potable porque es salina, se podría creer que este lugar está desprovisto de toda forma de vida. Sin embargo, los animales con aletas pudieron adaptarse a este clima tan duro. Entre ellos se incluye la tilapia de Guinea, presente en casi el 70% de las bolsas de agua del Imlili sebkha. Su origen es tropical, porque la región tenía un clima tropical hace unos miles de años, indica el investigador. Y añadir que este pez es, por tanto, un superviviente del clima tropical.
Sebja de Imlili. / Doctorado DR
Este pez tuvo que desaparecer al igual que el verdor que una vez invadió la región. Sin embargo, quedó atrapado en la sabkha y tuvo que adaptarse, primero reduciendo su tamaño, pero manteniendo una cabeza proporcionalmente más grande, para poder respirar mejor. Luego se produjo todo un cambio en la dieta, el pez se volvió caníbal, “salta sobre cualquier tipo de recurso, pudiendo incluso comerse a sus congéneres, los grandes se comen a los pequeños y así sucesivamente”, explica Abdeljebbar Qninba.
Por todas estas razones, los investigadores creen que efectivamente se trata de una nueva especie, que se llamará tilapia Imlili, nos dice el profesor investigador. Nuestro interlocutor también nos revela el descubrimiento de varias especies acuáticas u oceánicas, además de continentales, en particular una especie de camarón marino, gasterópodos y otras plantas marinas.
“El agua hipersalina del sebkha es una trampa mortal para las aves, especialmente las migratorias, que pasan por esta región. Además, a menudo encontramos cadáveres”.
Abdeljebbar Qninba
El depredador que reina en la región sigue siendo el lobo dorado africano, antiguamente erróneamente llamado chacal. “En la sebkha es realmente muy abundante, por dos razones. En primer lugar, la abundancia de presas, en particular roedores, y, en segundo lugar, como en esta región se produce lo que podemos llamar un fenómeno de arenas movedizas, a menudo los camellos se dejan engañar y se convierten así en alimento para los lobos , explica el profesor-investigador.
Para todos aquellos que quieran ir a la sebkha, se deben adoptar comportamientos eco-responsables. El sitio es muy frágil y definitivamente no debemos perturbar este ecosistema que tardó miles de años en encontrar su equilibrio. Nadar, alimentar a los animales o incluso contaminar este espacio sería un grave ataque a este tesoro natural.