El pueblo de Sidi Kaouki se encuentra a unos veinte kilómetros al sur de Essaouira. Allí nos esperan una playa paradisíaca, una vista panorámica y una naturaleza salvaje. El pequeño pueblo de pescadores lleva el nombre de un personaje misterioso cuyo origen aún es controvertido.
Sin embargo, la población local coincide en que «este hombre habría venido hace 400 años desde el Golfo Pérsico y se habría instalado en este lugar que hoy lleva su nombre», explica Ahmed, natural de la región y vicepresidente. Presidente de la Asociación Sidi Kaouki para el medio ambiente y el desarrollo turístico.
«El musulmán que vino con un Corán en la mano se ganó rápidamente la confianza de los habitantes, que le hicieron construir esta casa junto al mar» y que, tras su muerte, se transformó en un morabito, continúa Ahmed. Hoy en día, este edificio blanco, entronizado en la playa, ocupa un lugar importante en la vida de los habitantes y es a menudo asaltado por los turistas.
“En cada nacimiento, los aldeanos van allí y hacen una ofrenda. Todos los niños se cortan el pelo por primera vez en el morabito de Sidi Kaouki, es una tradición de la que aquí nadie escapa.
ahmed
Paraíso de los surfistas
Al pie del morabito se organizaba cada año una fiesta de fantasía. Después de varios años de ausencia, los esfuerzos de la asociación permitirán volver a conectarse con las fiestas durante el mes de agosto por segundo año consecutivo, se alegra la asociación, también instructora de surf.
El morabito de Sidi Kaouki. / Doctorado DR
Nuestro guía, como tantos otros, olió lo correcto. Playas hasta donde alcanza la vista y vientos alisios la convierten en un paraíso para los aficionados al kitesurf, el kitesurf y otros deportes de tabla. Muchas otras actividades náuticas han hecho famoso al pequeño pueblo en todo el mundo.
Las visitas se han disparado desde principios de los años 2000. El éxito de la ciudad de Essaouira ha atraído a muchos turistas a las famosas olas de Sidi Kaouki.
“Los campings se llenaron rápidamente y los turistas poco a poco democratizaron el surf, el kitesurf y también el windsurf. Posteriormente tomamos el relevo y tratamos de desarrollar esta actividad que sigue creciendo y que atrae cada vez a más profesionales y también a simples curiosos.
ahmed
Foto ilustrativa. / DR
Un paraíso azul amenazado
Sin embargo, la actividad puede seguir desarrollándose, aunque todavía quedan algunos problemas estructurales que la impiden prosperar, admite.
“No tenemos suficientes recursos para mejorar las condiciones de acogida, los equipos siguen siendo muy caros y muy frágiles. Además, la infraestructura del pueblo no nos permite atraer más turistas por el momento”.
ahmed
Además, hace unos años se dieron a conocer los problemas de residuos en la ciudad, revelando así la amenaza que pesa sobre una perla de la biodiversidad. Sin embargo, las asociaciones locales están intentando remediar este problema sensibilizando e implicándose en el terreno, confía nuestro interlocutor. La población local está decidida a que este paraíso de los surfistas no se convierta en un infierno ecológico.