Ciencia Electrónica – Hisham Al-Draydi
Los vecinos del casco antiguo de Larache, especialmente los aficionados al baloncesto, amanecieron con la impactante noticia del robo de una de las pocas pistas habilitadas para este deporte en la ciudad. Las asociaciones juveniles y deportivas de la región se sorprendieron la semana pasada por la retirada de los equipos y mástiles que sujetan las redes de la cancha de baloncesto de la plaza Bab al-Bahr, sin previo aviso ni explicación. Este estadio, que fue financiado con fondos de la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano para habilitar eventos deportivos, representó una importante salida para los practicantes de deportes en los barrios, y con esta repentina medida, el nivel de insatisfacción se elevó entre los usuarios de este espacio, especialmente ya que el estadio sufría abandono, pero seguía siendo un recurso vital.
Los datos obtenidos por el periódico Al-Alam indican que existen varias historias sobre los motivos de la retirada del estadio. La primera historia afirma que el motivo se debió a una queja del dueño de un café cercano, quien se quejaba de las molestias de los jóvenes jugando al lado de su café, lo que afectaba la comodidad de sus clientes. El propietario del café supuestamente tiene fuertes conexiones políticas que pueden haber contribuido a la decisión de retirar el estadio.
En cuanto a la segunda historia, indica que el retiro del estadio se produjo repentinamente por parte de las autoridades locales debido al vandalismo parcial al que fue sometido, que coincidió con las fiestas de verano en la plaza. Esta medida, según la historia, tenía como objetivo preservar la belleza del lugar y ocultar las fallas en la gestión de los asuntos locales, para no revelar la verdadera imagen del abandono que sufre el estadio.
Una tercera historia sugiere que la rápida y repentina demolición fue planeada para servir a los intereses de algunos patrocinadores, con la posibilidad de trasladar el estadio a otra ubicación o dejarlo en el limbo hasta que se emita un nuevo presupuesto para ello.
A pesar de las muchas historias, la verdad sigue siendo ambigua a falta de una aclaración oficial por parte de las autoridades pertinentes sobre el motivo de la expulsión. La medida adoptada plantea muchas cuestiones jurídicas y legales, ya que eliminar instalaciones deportivas de forma extraoficial y sin justificación legal se considera una flagrante violación de los derechos deportivos y de los principios legales que protegen las instalaciones públicas. Además, esta medida contradice las grandes tendencias del Estado marroquí, que busca fortalecer el sector deportivo como factor esencial del desarrollo social y económico.
Este acontecimiento abre la puerta a muchas preguntas sobre el destino del estadio de fútbol adyacente y si también será sacrificado con fines comerciales o políticos. Quedan dudas sobre si existe la intención de cambiar las instalaciones deportivas en la Ciudad Vieja para satisfacer intereses privados, y los derechos de los ciudadanos y los intereses públicos siguen amenazados por operaciones que pueden dañar las instalaciones públicas.