La justicia administrativa de Niza desestimó, el jueves, el recurso sumario del colegio privado musulmán Avicenne contra la denegación de sus solicitudes de contratación. Tras obtener la anulación de su cierre definitivo, el establecimiento fue desestimado su solicitud sobre el contrato con el Estado, al considerar el tribunal que no se caracterizaba la urgencia de una intervención en procedimiento sumario. La matrícula escolar está experimentando un fuerte aumento y la sostenibilidad de la universidad no está amenazada, indica la jurisdicción.
“Cuando se respeta el programa educativo nacional y los valores de la República, se tiene derecho a tener un pase al contrato”, declaró anteriormente Me Sefen Guez Guez, representante del establishment. Desde su apertura en 2015, la universidad ha presentado una primera solicitud después de cinco años. Pero una inspección constató la falta de clases deportivas y la ausencia de un laboratorio de física y química. La institución contaba con espacios en una piscina y un estadio, además de haber habilitado un laboratorio. Su última solicitud fue rechazada en primavera, alegando el Estado que ya no tenía fondos.
El pasado mes de marzo, la prefectura regional también ordenó el cierre del colegio, por “opacidad” de las cuentas “contrarias a la ley sobre el separatismo”. La decisión fue finalmente anulada, ya que el tribunal administrativo consideró que unos pocos errores contables no justificarían una medida tan desproporcionada. Al no presentarse un nuevo recurso del Estado dentro de los plazos reglamentarios, la sentencia entró en vigor.
En 2023, un informe del Tribunal de Cuentas mostró que los establecimientos católicos constituían el 96% de la fuerza laboral de la educación privada bajo contrato. Los responsables de Avicenne dicen estar dispuestos a firmar «un contrato por un euro simbólico para este año escolar», con el fin de facilitar el acceso a las instalaciones deportivas públicas y validar así el viaje de sus alumnos.