El Ministerio de Salud y Protección Social anunció, a través de un comunicado oficial, que sigue de cerca la situación epidemiológica de la viruela simica (M-pox), que se está propagando amplia y rápidamente en varios países africanos. Esto se enmarca en el sistema de vigilancia epidemiológica internacional adoptado por el Ministerio para seguir el ritmo de las condiciones sanitarias mundiales.
El Ministerio explicó en su comunicado que había actualizado el plan nacional de seguimiento y respuesta a esta epidemia, de acuerdo con la evolución de la situación epidemiológica internacional y los avances científicos sobre la enfermedad, además de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Cabe señalar que este anuncio es el segundo de este tipo en dos años, ya que la Organización Mundial de la Salud clasificó previamente la viruela simica como una emergencia de salud pública de importancia internacional entre julio de 2022 y mayo de 2023, y hasta la fecha se siguen notificando casos en todo el mundo. .
En el contexto marroquí, el Ministerio indicó que se había desarrollado y activado un plan nacional proactivo desde junio de 2022, que dio lugar al seguimiento de cinco casos hasta marzo de este año, todos ellos importados del extranjero y no dieron lugar a casos de infección entre contactos. Estos casos fueron médicamente menores y se recuperaron completamente sin complicaciones.
El Ministerio confirmó en su comunicado que tranquiliza a los ciudadanos sobre el nivel de vigilancia y preparación en Marruecos, destacando que seguirá comunicando e informando de toda evolución relacionada con esta enfermedad.
La comunicación añade que el Director General de la Organización Mundial de la Salud anunció, de conformidad con las disposiciones del Reglamento Sanitario Internacional (RSI-2005), que la viruela simica constituye ahora una emergencia sanitaria mundial que requiere preocupación internacional. También señaló que la rápida propagación de esta epidemia desde el año pasado y la alta tasa de muertes registradas en un país africano requieren esfuerzos y cooperación globales para limitar su propagación.