Desde hace más de año y medio, los vecinos de la calle Rahal Ben Ahmed, en el barrio Belvédère de Casablanca, sufren un problema real relacionado con la contaminación del agua potable suministrada por Lydec. Febrero de 2023 marca el comienzo de este sufrimiento. De sus grifos sale agua maloliente. A pesar de las denuncias presentadas por los vecinos el 18 de febrero de 2023, la empresa hasta el momento no ha podido encontrar la mejor alternativa para proveerles de agua potable. El problema del agua contaminada ha convertido en un infierno la vida de los residentes de la calle Rahal Ben Ahmed, afirmó Hespress Abdelkarim, uno de ellos. Refiriéndose a las gestiones realizadas por la empresa tras las quejas de los vecinos, afirmó que la intervención de Lydec fue inicialmente temporal, consistente en abrir nuevas tuberías de evacuación de agua debido a la corrosión de las antiguas tuberías, lo que distribuyó el nivel de contaminación sobre los demás canales de conexión de la calle. . Según él, esta estrategia permitió reducir los efectos sobre el agua que sale de los grifos, pero no por mucho tiempo. Este problema surgió el pasado mes de abril, con el inicio de las obras de sustitución de las tuberías de agua potable en la calle. Según Abdelkarim, los residentes ahora tienen que comprar cientos de litros de agua al día para satisfacer sus necesidades naturales de beber, cocinar y lavarse. De lo contrario, se verán obligados a consumir el agua contaminada suministrada por Lydec.
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Saïd, otro residente, confirma la existencia del problema. Dice que preguntó a los funcionarios de Lydec sobre sus planes para proporcionar agua potable y le pidieron que esperara. Una respuesta que dice no apreciar. Los habitantes siguen viviendo en una situación de incertidumbre, temiendo cada día la contaminación del agua con sustancias tóxicas, a falta de resultados de los análisis de laboratorio realizados por «Lydec» en muestras de agua, lamentó. Según Said, estaba claro que las tuberías estaban obsoletas y necesitaban una sustitución completa, pero los trabajos en curso no comenzaron hasta el pasado mes de abril, mucho más tarde de lo previsto. A falta de una alternativa, los residentes se ven obligados a utilizar agua de fuentes externas para satisfacer sus necesidades básicas, dijo el testigo, añadiendo que siempre presentan quejas ante los organismos de la sociedad sin respuesta.