El Tribunal Constitucional dio ayer luz verde a la Carta Ética del Parlamento. “El examen de todas las enmiendas presentadas demuestra que son consistentes con la Constitución”, afirmó la CC en su decisión. Las disposiciones del nuevo código no limitan la libertad de los parlamentarios en “el ejercicio de sus funciones constitucionales”, indica la misma fuente.
El Tribunal también subrayó que la creación en el Parlamento de una comisión encargada de aplicar la carta de ética “no contraviene la Constitución”. La redacción de esta nueva carta ética, la segunda después de la de 2018, es también consecuencia de una orden real. En efecto, el rey Mohammed VI volvió a insistir el 17 de enero en la moralización de la escena política.
A continuación, el Soberano dio instrucciones para “la adopción de un código ético jurídicamente vinculante para las dos Cámaras de la institución legislativa”. Ante los retrasos en la votación de este código por parte de los parlamentarios, el rey recalcó el mismo mensaje en una carta dirigida el 15 de abril a Rachid Talbi Alami con motivo de su reelección como presidente de la Cámara de Representantes. «La moralización de la vida parlamentaria» es una palanca para «consolidar la confianza en las instituciones elegidas», escribió Mohammed VI.
Ambas Cámaras acabaron aprobando la nueva carta en julio. Actualmente, una treintena de parlamentarios y presidentes de autoridades locales están siendo procesados por los tribunales, detenidos o en libertad provisional, por mala gestión de fondos públicos o tráfico de drogas.