Esta acción forma parte de un decreto municipal destinado a luchar contra la proliferación de sombrillas transformadas en tiendas de campaña en las playas de la ciudad, pero también en varias otras ciudades marroquíes.
Estas instalaciones improvisadas, aunque prácticas para protegerse del sol, suelen destacarse por su impacto negativo en la estética de las playas y las molestias que causan a otros veraneantes. Por ello, el municipio de Agadir ha decidido tomar cartas en el asunto prohibiendo formalmente estas prácticas.
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El decreto municipal va más allá al prohibir también la cocción de alimentos, el uso de materiales inflamables y cualquier forma de comercio en las playas.
Pero la reacción de las autoridades locales de la ciudad de Agadir no es necesariamente unánime, y algunos consideran que esta acción atenta contra su libertad.