Esta declaración se produce a la luz de la escalada de tensiones diplomáticas entre Francia y Argelia después de que París aprobara el plan marroquí de autonomía para el Sáhara, como anunció recientemente el presidente francés, Emmanuel Macron, en una carta al rey Mohammed VI que “el presente y el futuro del Sáhara son en el marco de la soberanía marroquí”, rechazando efectivamente las ambiciones secesionistas del Frente Polisario.
La reciente decisión adoptada por Argelia de considerar la posibilidad de imponer sanciones económicas a Francia sorprendió a todos los observadores. Esta medida provocó un intenso debate sobre su justificación estratégica y económica, dadas las consecuencias para la tambaleante economía de Argelia. ¿Cuáles son las posibles consecuencias de estas sanciones, que pueden ser más perjudiciales para Argelia que para Francia?
La economía de Argelia, que depende en gran medida de los hidrocarburos, enfrenta grandes desafíos. El sector de petróleo y gas del país representa casi el 90% de sus exportaciones y una parte importante de los ingresos estatales. Con precios volátiles del petróleo y bajos niveles de producción, Argelia todavía está luchando por diversificar su economía. Esta dependencia de una sola industria hace que el País del Millón de Mártires sea particularmente vulnerable a shocks externos, como las tensiones geopolíticas.
Imponer sanciones a Francia, un importante socio económico, exacerbaría estos incumplimientos. Francia es uno de los mayores socios económicos de Argelia, con importantes flujos bilaterales de comercio e inversión. Las empresas francesas contribuyen a diversos sectores en Argelia, entre ellos la energía, la construcción y las comunicaciones. Las supuestas sanciones argelinas pueden provocar una caída de la inversión extranjera y una desaceleración de los proyectos conjuntos, lo que aumenta la presión sobre la economía argelina y profundiza la realidad de fragilidad que padece.
La economía francesa es fuerte y diversificada, con vínculos con muchos mercados internacionales. Francia tiene la capacidad de absorber el impacto de la reducción del comercio con Argelia, especialmente si puede encontrar proveedores alternativos para las principales importaciones. Además, el gobierno francés puede apoyar a las industrias afectadas a través de diversos medios, mitigando el impacto negativo en su economía.
La respuesta de Marruecos al reconocimiento de Macron de su soberanía sobre el Sahara fue fortalecer sus relaciones económicas y diplomáticas con Francia, ya que esta medida podría servir como contrapeso a la posible pérdida de relaciones económicas con Argelia. La economía de Marruecos, aunque es una economía emergente en comparación con la de Francia, está relativamente diversificada y experimenta un crecimiento constante. El país ha invertido mucho en infraestructura, manufactura y energía renovable, lo que lo convierte en un socio confiable y atractivo para Francia.
La decisión de Argelia de imponer sanciones a Francia puede verse influenciada por consideraciones políticas internas, ya que el país enfrenta importantes desafíos internos, incluida la recesión económica, altas tasas de desempleo y malestar social. El gobierno puede utilizar las sanciones como una forma de movilizar el apoyo interno y desviar la atención pública de estas cuestiones. Al adoptar una postura firme contra Francia, el gobierno puede despertar sentimientos nacionalistas anticuados provenientes del colonialismo y presentarse como un defensor de la soberanía y la dignidad de Argelia.
Pero esta estrategia puede implicar riesgos. Si las sanciones provocan dificultades económicas para el pueblo argelino, esto podría exacerbar el descontento existente y alimentar más disturbios. Es posible que al gobierno le resulte difícil mantener el apoyo popular si la situación económica se deteriora significativamente como resultado de las sanciones.
Para Argelia, los costos económicos potenciales de las sanciones pueden superar los beneficios políticos y diplomáticos. La situación económica del país puede deteriorarse, provocando una mayor inestabilidad social y política. Por el contrario, es probable que la economía relativamente fuerte de Francia capee el impacto de las sanciones con perturbaciones mínimas.
La decisión de Argelia de imponer sanciones a Francia tras el reconocimiento por parte de Macron de la soberanía marroquí sobre el Sáhara marroquí plantea serias dudas sobre la eficacia de la estrategia y sus consecuencias. Esta medida parece estar motivada por el deseo de afirmar la soberanía y la independencia de Argelia, pero corre el riesgo de causar importantes daños económicos al país a medida que se acercan las elecciones presidenciales del próximo septiembre.
Dada la debilidad de la economía argelina y la influencia relativamente limitada sobre Francia, las sanciones pueden terminar profundizando las heridas internas.