Yassine, un hombre de 34 años que trabaja como director operativo en la policía de Dordrecht, Países Bajos, pensó que padecía un simple dolor abdominal. Consultó a su médico de cabecera, quien inmediatamente lo envió al hospital. Allí llegó un diagnóstico implacable: cáncer de estómago metastatizado, con poco tiempo de vida.
A principios de julio, los exámenes médicos revelaron un gran tumor en su abdomen, con metástasis en el hígado, los ganglios linfáticos y la pared abdominal. “Dijeron que no podían hacer nada más para curarlo, sólo tratarlo de forma paliativa para prolongar un poco su vida con quimioterapia”, confiesa su hermano Mehdi, todavía conmocionado por esta noticia.
A pesar de este duro golpe, la familia no se rinde. Su fe los consuela y los empuja a buscar otras soluciones. Se buscó una segunda opinión médica en Turquía, donde un conocido había sido tratado con éxito en una situación similar. Allí apareció un rayo de esperanza: las manchas en el hígado no eran cancerosas. Se confirmó el diagnóstico de cáncer de estómago en etapa 4, pero esta noticia dio esperanza a Yassine y sus seres queridos.
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Yassine comenzó quimioterapia e inmunoterapia, con la esperanza de operarse si las metástasis disminuyen. Para financiar este costoso tratamiento, se lanzó una recaudación de fondos que superó todas las expectativas. En pocos días se recaudaron cerca de 118.000 euros de los 119.000 euros necesarios.
“Tanta gente está dando, es casi inconcebible”, declara Mehdi, conmovido por esta ola de solidaridad. Extraños, conmovidos por la historia de Yassine, contribuyeron a esta olla, ofreciéndole así la oportunidad de luchar contra la enfermedad. “Te da mucha fuerza. Ahora podemos centrarnos enteramente en la enfermedad de Yassine y su recuperación. »