Muchos marroquíes residentes en Hong Kong están atravesando enormes dificultades administrativas. En una declaración a HespressSegún Lhoussaine, uno de ellos se quejó de “dificultades para renovar el documento nacional de identidad”. Según explica, renovar su documento de identidad marroquí implica viajar a China, «lo que genera unos costes elevados que superan los 5.000 dirhams marroquíes, repartidos entre la solicitud del visado para entrar en Pekín, el billete de avión, así como los gastos de alojamiento y comida». “El billete de avión de ida y vuelta de Hong Kong a China cuesta 4.000 dirhams, y primero hay que solicitar un visado de hasta 900 dirhams, luego los gastos de alojamiento y comida para renovar la tarjeta nacional, que superan los mil dirhams. […] Estos recursos financieros por sí solos son suficientes para ir a Marruecos”, explica.
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Esta dificultad está ligada al hecho de que «hay un solo gestor especializado en la renovación de documentos nacionales de identidad, y sus giras por el Sudeste Asiático, incluido Hong Kong, sólo se realizan con un número importante y determinado de solicitudes», explica Lhoussaine. . Según él, pocos marroquíes registraron su solicitud de renovación de su documento nacional de identidad esta semana, pero el gestor especializado en la renovación de documentos nacionales de identidad para los marroquíes residentes en el Sudeste Asiático no lo hará en ninguna gira debido al número de solicitantes. Honk Kong tiene alrededor de mil marroquíes. “La mayoría de ellos vienen de Francia para trabajar en el comercio después de terminar sus estudios universitarios, y otros vienen de Marruecos para enseñar inglés o trabajar en restaurantes”, afirma el MRE.
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Además de la dificultad para renovar su documento nacional de identidad, los marroquíes en Hong Kong se enfrentan a otro problema importante: el no reconocimiento por parte de las autoridades marroquíes de los contratos matrimoniales celebrados en esta región especialmente administrada por China. Esta situación tiene una consecuencia perjudicial. “Seguimos solteros con nuestra tarjeta nacional marroquí, aunque estamos casados y tenemos hijos”, lamenta Lhoussaine. Se dirige a la embajada de Marruecos en China: “Esta situación nos hace sentir como si no perteneciéramos a nuestro país, Marruecos, como si fuéramos una pequeña minoría no reconocida. Por lo tanto, pedimos a las autoridades marroquíes de la embajada china que aceleren la resolución de esta crisis”.