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Sana El Aarbaoui, la deportista guiada por su hija hacia el jiu-jitsu, de Francia a Singapur


Es comúnmente aceptado que los niños tomen el ejemplo de sus antepasados, quienes les inspiran una vocación. Pero a Sana El Aarbaoui le ocurrió todo lo contrario. La atleta marroquí optó por seguir los pasos de su hija, de 15 años, que se inició en el jiu-jitsu brasileño.

Pero antes de eso, el deportista senior ya ha recorrido un largo camino. Lejos de las artes marciales, debutó en el windsurf durante sus años de estudios universitarios en Francia. Tras completar su bachillerato en 1999 en Casablanca, donde creció, siguió una carrera de ingeniería en Grenoble. Después de cinco años, el joven graduado comenzó una carrera en ingeniería aeronáutica.

Sana El Aarbaoui rápidamente dejó su huella en el windsurf, que continuó practicando incluso después de graduarse. Según ella, esta disciplina deportiva “nos acerca a la naturaleza y nos enseña a ser humildes ante su poder”. El joven marroquí ha participado en numerosas competiciones internacionales, entre ellas el Wind Challenge en Francia y el Campeonato Africano en Argelia.

El windsurf también le permitió descubrir varias regiones de su país de origen, entre los mejores lugares del mundo para practicar este deporte. Esto es lo que la llevó a instalarse durante nueve años en Dajla y abrir allí un club. En 2019, sin embargo, circunstancias personales la empujaron a regresar a Francia.

Siguiendo los pasos de su hija en el jiu-jitsu brasileño

Poco después de su regreso a Francia y su retirada del mundo del windsurf, Sana El Aarbaoui tuvo la chispa de otra disciplina deportiva. A los 40 años decidió seguir el camino de su hija, principiante en el mundo del jiu-jitsu brasileño, centrada en el lucha con especial énfasis en el combate terrestre. A finales de 2021 se incorporó al club Gracie Barra Paris. “Desarrollé mi amor por este deporte a través de mi hija, quien fue mi impulso para unirme al mundo de las artes marciales”, nos dijo.

Sana recuerda un sentimiento indescriptible que la invadió al principio. “Es la misma sensación que tuve mientras practicaba windsurf. El jiu-jitsu brasileño se ha convertido en una parte integral de mi vida diaria”, le dijo a Yabiladi, y agregó que este arte marcial le ha permitido equilibrar sus responsabilidades profesionales, familiares y deportivas.

“Desde que empecé a practicar este deporte mis problemas diarios o profesionales han pasado a ser mucho menos importantes que antes. También me he vuelto más eficaz, tanto personal como profesionalmente”.

Sana El Aarbaoui

Su primer entrenamiento en Gracie Barra Paris, el 14 de diciembre de 2021, supuso un punto de inflexión en su vida, que cambió para siempre. Apenas un mes después de su primer entrenamiento, Sana decidió participar en su primera competición.

Aunque esta elección se consideró prematura, entre quienes la rodeaban, Sana estaba decidida a “enfrentarse a la realidad”, poniéndose a prueba para medir sus capacidades en una situación real. Derrotado en este primer intento, el atleta ve sin esta derrota sólo el carácter “físico”. “Para mí fue sobre todo una oportunidad de aprender. Sin esto, no lo habría logrado. Superé muchos obstáculos para llegar a donde estoy”, insistió.

Campeón del mundo después de dos años

Después de identificar sus errores e intensificar su entrenamiento, la nativa de Khouribga decidió volver a participar en la competencia. Los esfuerzos dieron sus frutos: el atleta ocupó el segundo lugar en el Campeonato Europeo de Jiu-Jitsu, celebrado en enero de 2023 y en junio. El mismo año consiguió ganar el Campeonato de Francia.

El 8 de diciembre de 2023 en Las Vegas (Estados Unidos), Sana El Aarbaoui se proclamó campeona del mundo de jiu-jitsu. El pasado mes de enero acabó segunda en el Campeonato de Europa. Actualmente, se encuentra preparándose para el próximo campeonato mundial, previsto para agosto de 2024.

Hace un año, Sana también se mudó a Singapur, donde tuvo una oferta de trabajo en ingeniería. Su decisión se tomó tras una cuidadosa reflexión, basada en la idea de que este trabajo le proporciona un buen equilibrio entre su vida profesional y sus intereses por la actividad física. A partir de ahora, el deportista se esfuerza por mantener un sano equilibrio entre los tres aspectos importantes de su vida: trabajo, familia y deporte.





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