Farah*, una pacificadora de origen norteafricano, envió un correo electrónico el 23 de febrero de 2024 al comisario de la jefatura de policía de Burdeos (Francia), solicitando intervención contra el acoso y el racismo que estaba sufriendo por parte de su superior, el jefe de brigada. Thierry B.
A pesar de sus veinticinco años de servicio, su petición quedó sin respuesta, informa el diario Libération. Frágil y exhausta, todavía encontró fuerzas para presentar una denuncia por “acoso moral» a finales de abril, lo que dio lugar a la apertura de una investigación preliminar por parte de la fiscalía de Burdeos.
Al menos otros dos agentes han presentado denuncias similares contra Thierry B. y la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) está ahora a cargo de la investigación. Aunque privado de sus responsabilidades de gestión, el jefe de brigada sigue trabajando dentro del grupo de violencia doméstica (VIF). Además, Farah y otra denunciante, Pauline*, fueron asignadas a otras comisarías de policía.
Los actos de acoso se remontan a la entrada de Farah al servicio en septiembre de 2023, donde afirma no haber recibido ninguna acogida, a diferencia de otros servicios. El 18 de enero de 2024, Thierry B. prohibió a Farah y Pauline salir de su oficina, insultándolas y amenazándolas “que un día un colega podría [les] pegar«. Farah, muy afectada, se tomó un día libre para recuperarse y confió a un colega sus sentimientos de vergüenza y humillación. Ella es «Se sintió degradada como nunca lo había estado en su carrera.», Informa la misma fuente.
El acoso se intensificó a principios de febrero, cuando Thierry B. ignoró a Farah y se burló abiertamente de ella. El 6 de febrero, durante una audiencia, hizo comentarios racistas y xenófobos, refiriéndose a Farah con comentarios sobre el cuscús y anunciando su intención de votar por Marine Le Pen. Además, mensajes racistas y transfóbicos como “Voy a fumar tu negro» o «No entienden nada de estos negros.», intercambiados en un grupo de WhatsApp, del que están excluidas Farah y Pauline, revelan la magnitud del problema.
A pesar de la gravedad de los cargos, Farah no recibió la protección funcional solicitada para cubrir sus honorarios legales. La Secretaría General de Administración del Ministerio del Interior citó un argumento insuficientemente fundamentado. Peor aún, se abrió un procedimiento administrativo contra ella por ver ilegalmente un vídeo de interrogatorio. Anthony Caillé, secretario general de la CGT-Policía, critica la situación. Para él, es necesario proteger a las víctimas y castigar a los verdugos. Por su parte, la dirección interdepartamental de la policía nacional y Thierry B quisieron guardar silencio.
*Los nombres cambiaron