Incluso antes de que Francia declarara oficialmente su apoyo al carácter marroquí del Sáhara, Argelia se apresuró a expresar su «profunda desaprobación» por una decisión calificada por el vecino oriental de «inesperada» y «contraproducente». En un comunicado, el Ministerio argelino de Asuntos Exteriores deploró, este jueves, la iniciativa de París de apoyar el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara. Según el documento, el gobierno argelino “sacará todas las consecuencias que se deriven de esta decisión”.
En su comunicación, la diplomacia argelina consideró que el gobierno francés asume “la responsabilidad única y total” de las consecuencias. Subraya incluso que “la decisión fue comunicada oficialmente a las autoridades argelinas por las autoridades francesas en los últimos días”. “La decisión francesa es claramente un cálculo político cuestionable, un a priori moralmente cuestionable y lecturas jurídicas que nada respalda ni justifica”, argumenta además Argel.
Según la misma fuente, la posición francesa no permitiría «reunir las condiciones para una solución pacífica de la cuestión» del Sahara. Este enfoque, prosiguió la diplomacia de Tebboune, «es tanto menos bienvenido cuanto que proviene de un miembro permanente del Consejo de Seguridad» de las Naciones Unidas.
Un reconocimiento que lleva meses preparándose
Si bien la frialdad diplomática entre Francia y Marruecos se ha disipado en los últimos meses, París ha abierto el camino al reconocimiento político, al afirmar que reconoce económicamente el carácter marroquí del Sahara. En vísperas de su reunión con su homólogo marroquí en París, Stéphane Séjourné subrayó esta posición el pasado mes de abril, dejando el aspecto diplomático del acto de reconocimiento a nivel de los jefes de Estado.
«Lo dije allí [le 26 février à Rabat, ndlr], que hemos reconocido el hecho de que Marruecos está desarrollando económicamente esta zona. Incluso hemos ido un poco más allá, ya que vamos a traer operadores públicos para desarrollarlo con ellos”, subrayó Stéphane Séjourné, en una entrevista concedida a France 24 y a RFI en abril de 2024.
Este nuevo giro, revelado por Argel a través de su indignación, es similar a una continuación de la ira diplomática del vecino del Este, tras el anuncio de apoyo de los países europeos al plan de autonomía del Sahara. Ante París, Madrid atrajo así la ira de Argel, tras la oficialización de la posición española favorable a Marruecos por parte del Gobierno de Sánchez, en marzo de 2022.
A raíz de los acontecimientos, Argelia decidió llamar a consultas a su embajador en Madrid, además de suspender el Tratado de Amistad y Buena Vecindad entre ambos países. Entre los Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Francia se convertiría así en el segundo país en reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, después de Estados Unidos en diciembre de 2020.
Unos días antes del reciente enfado argelino, la embajadora de Estados Unidos en Argelia reafirmó la posición de su país. En vísperas del fin de su mandato, Elizabeth Moore Aubin declaró a un medio de comunicación nacional que este reconocimiento era “un hecho histórico”.