En una mordaz declaración, el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino expresó su “profunda desaprobación” por esta decisión “inesperada, inapropiada y contraproducente”. Argel considera este gesto como un “dudoso cálculo político” y una “condonación a un hecho colonial”, que obstaculiza los esfuerzos de paz en la región.
El gobierno argelino criticó en particular a Francia por su apoyo “inequívoco e incondicional” al plan de autonomía marroquí, considerándolo “moralmente cuestionable” y “legalmente infundado”. Cree que esta decisión no hará más que “consolidar un impasse” y “prolongar el hecho consumado colonial” en este territorio en disputa.
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Argel también criticó a Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, por haber actuado contra la legalidad internacional y las resoluciones de la organización de la ONU. El país recordó que la cuestión del Sáhara Occidental se refiere a un proceso de descolonización que debe completarse y no a una simple autonomía bajo soberanía marroquí.
Ante esta situación, Argelia anunció que “sacará todas las consecuencias” de esta decisión francesa, de la que el gobierno francés “asumirá plena y completa responsabilidad”. El país no ha especificado la naturaleza de estas consecuencias, pero esta declaración sugiere un deterioro aún mayor en las relaciones entre los dos países.