Los hechos ocurrieron la noche del miércoles 10 de julio en la región de Stampersgat, en el sur de Países Bajos, cerca de la localidad de Roosendaal, en el contexto de una disputa vecinal. Un holandés de 55 años abrió fuego contra su vecino marroquí, Hamza, un joven de 25 años. Estaba hablando por teléfono de camino a casa. Los disparos sonaron después de que colgó. Según los residentes, pasada la medianoche se escucharon disparos cerca de la casa del hombre de 50 años.
Para leer: Tarek, ¿asesinado por un teléfono en París?
“Le disparó tres veces y Hamza no tuvo ninguna posibilidad de escapar”, afirma uno de los conocidos de la víctima. El joven marroquí sucumbió a sus heridas. Según testigos presenciales, el presunto asesino se dirigió entonces hacia la casa del MRE con un arma en la mano. La esposa de la víctima se esconde con su hija por temor a que él también las mate. Según los vecinos, la salud mental del criminal holandés no es estable. La disputa entre los dos hombres se refería directamente a las plazas de aparcamiento delante de su complejo residencial.