Las repetidas negativas de los taxistas de Rabat a realizar determinados trayectos están suscitando debate. La situación incluso tomó un giro político: se presentó una cuestión parlamentaria en la Cámara de Representantes.
Un diputado denunció el comportamiento de determinados taxis en la estación de Agdal. «Al contrario de lo que se practica en otras regiones del reino, se ha observado que los conductores de pequeños taxis en la estación de Agdal eligen los destinos que les convienen», lamentó.
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Según el parlamentario, estos conductores simplemente se niegan a recoger a los clientes que desean ir a determinados barrios, lo que les obliga a tomar caminos tortuosos y a perder un tiempo precioso. “Se comportan en contra de los valores morales y actúan de manera inapropiada sin control ni supervisión”, añadió.
Ante esta situación que perjudica a los usuarios, el parlamentario cuestionó al gobierno sobre las medidas que pretende tomar para remediarla. Quiere saber si se prevén sanciones para los conductores sin escrúpulos y si se tomarán medidas para garantizar un servicio de taxi de calidad a todos los ciudadanos.