Desde el miércoles, el precio de la línea que une Marrakech con Benguerir ha aumentado de 18 a 20 dírhams, informaron activistas en las redes sociales. Según numerosos testigos, la empresa de transporte urbano Alsa pretende, con esta subida de precios, compensar sus pérdidas y obtener más beneficios en detrimento del confort de los pasajeros. Pero este aumento está teniendo dificultades para llegar a los actores de derechos humanos en Marrakech.
Leer: Marrakech: taxistas sancionados por precios excesivos
En una declaración al sitio. Al3omk, el coordinador regional del Foro Marroquí de Derechos Humanos en la región de Marrakech-Safi afirmó que la empresa encargada de gestionar el transporte urbano vio expirar su contrato con las autoridades locales de la región, «pero se le concedió una prórroga de un año». Según las autoridades, esta ampliación se explica por el hecho de que el nuevo modelo de contratos de gestión delegada para el servicio de transporte público en Marruecos aún no ha sido implementado por los servicios competentes del Ministerio del Interior.
Leer: Casablanca aprieta la tuerca: aumento de precios y multas
Alsa “no tiene derecho a aumentar los precios, porque sólo opera bajo extensión. » También señala que la flota de autobuses de Alsa está en ruinas. «Además, su flota de autobuses está en ruinas, lo que no le da derecho legal a aumentar las tarifas», añadió.