Antes de convertirse en uno de los Siete Santos de Marrakech, Aboulqassim Abderrahmane Ben Abdellah Ben Al Khatib Souhaili fue investigador en lingüística. Originario de la tribu árabe Khat'âm, nació en un pueblo cercano a Málaga en Al Andalous en el año 508 AH, correspondiente al año 1114 AH. Proveniente de una familia de célebres eruditos, nació en una región cercana a la actual Fuenjerola, bajo control de la dinastía almorávide.
Los relatos que cuentan su historia coinciden en que Abderrahmane Souhaili perdió la vista a la edad de 17 años debido a una enfermedad. “El hombre supo desafiar, con una valentía que rayaba en la arrogancia, su desventaja, para convertirse en uno de los eruditos más ilustres de la época medieval”, relatamos en “Condicha, la condesa de Marrakech” (Ediciones Société des Ecrivains, 2012) de Bouih El Barhoumi Elidrissi. Por tanto, aprenderá el Corán gracias a su padre antes de partir hacia Córdoba, Granada y Sevilla para encontrarse con los ulemas de Andalucía.
Especialista en ciencias, investigaciones y estudios de literatura árabe e islámica, los discípulos y eruditos que Abderrahmane Souhaili formó en Andalucía se cuentan por centenares entre los más ilustres de su tiempo, como Ibn Dahya El Kalbi, nacido en Valencia y fallecido en El Cairo, que a su vez se convertiría en uno de los eruditos de la época en Egipto.
Una consagración antes del fin de sus días.
A pesar de su “gloria científica”, con el gran número de estudiantes y científicos que encontró, Abderrahmane Souhaili pasó la mayor parte de su vida en “pobreza e indigencia”. Una situación que abordó “con dignidad y orgullo ciertamente, pero con una amargura que no dejó de repercutir en su obra literaria y especialmente en sus poemas”. Así, además de su conocimiento del hadiz, de la vida del profeta Mahoma y de la lengua árabe, Souhaili fue sobre todo un poeta “destacado” de su tiempo. Además, es esta faceta la que le distinguirá de los otros seis jefes de Marrakech.
El mausoleo se encuentra cerca del cementerio que lleva el nombre del erudito andaluz. / Ph. Médi1 Tv
Y su consagración sólo llegará hacia el final de su vida. Después de escribir varias obras, entre ellas “Raoud El Onouf”, la más famosa, Abderrahmane Souhaili finalmente atrajo la atención del sultán almohade Abou Yacoub Youssouf. Según un artículo de Jamal Bami, publicado en la revista Oloum Wa Omran, el Imam Souhaili, uno de los defensores de los almohades, fue llamado hacia el año 579 d. H., correspondiente al año 1182 del calendario gregoriano, por el sultán para venir a establecerse. en Marrakesh. Abou Yacoub Youssouf enviará incluso un barco para transportar al erudito a Marruecos y una caravana para darle la bienvenida y escoltarlo hasta la capital almohade.
El segundo califa de la dinastía almohade fue conocido por haber instituido un consejo de ulemas que acogió a los más ilustres eruditos de Andalucía y del imperio cherifiano, que participaron en la profundización de la reflexión, el enriquecimiento del debate y la mejora de los niveles educativos en Marruecos. . Oloum Wa Omran cita, además de Abderrahmane Souhaili, a Ibn Tufail e Ibn Rushd.
El autor de un poema que se convirtió en oración para los marroquíes
Por lo tanto, Souhaili se instaló en Marrakech, pero sólo permaneció allí unos tres años antes de retirarse. Murió en la ciudad ocre, capital de los almohades, y allí fue enterrado. Luego, la dinastía gobernante le dedicó un mausoleo en Bab Er-Rob. Françoise Legey relata en su libro “El folklore de Marruecos” (Ediciones G. Allemn & Unwin, 1935) que Souhaili fue enterrado especialmente fuera de una muralla de la ciudad ocre “porque se pensaba que al enterrar en este lugar, se convertiría en floración'.
Incluso bajo los alauitas, el Imam Souhaili fue distinguido por el sultán Moulay Ismail, quien le concedió el puesto de “Khatam” en la peregrinación de los Siete Santos de Marrakech. Además, sobre este punto contamos en la obra “Condicha, la condesa de Marrakech”: “El khatme, o terminación en el mausoleo de esta gran figura del sufismo en el Occidente islámico, constituye el bucle, oh tan simbólico, del viaje anual de visitas a los mausoleos de los Siete Patrones de Marrakech”.
Mausoleo de Abderrahmane Souhaili. / Doctorado DR
Pero la segunda distinción de Abderrahmane Souhaili, “que fue consagrado para la eternidad, el título de Imam”, es su “poema que lo hizo famoso entre los morabitos y los grandes sufíes de este país”:
“¡Oh tú que ves en las profundidades de las mentes!
¡Y quién escucha!
Eres el instigador de todo lo que se supone.
¡Oh tú que eres invocado con ocasión de todas las miserias!
¡Oh tú a quien nos quejamos, a quien nos referimos!
¡Oh tú en quien todos los tesoros dependen de la palabra ser!
Cúbrenos con tus bendiciones, te pertenecen enteramente.
Sólo tengo mi pobreza para acercarme a ti
Y es por la indigencia que os opongo mi pobreza”.
El famoso poema del Imam Souhaili
Este texto es considerado, aún hoy, como una oración que se repite en todas las ocasiones religiosas para acercarse a Dios y pedir su misericordia. Un poema que también es “famoso por aliviar las miserias de los deprimidos y ayudar a cumplir los deseos de los desesperados”.